Mi hijo es fan de las ambulancias, tanto, que cuando las ve pasar por la calle las intenta parar o hace que me gire para poderla mirar. No sé si habrá salido médico... el caso es que cuando el año pasado cumplió 2 años, se volvió loco con la ambulancia que le hice.
Se trataba de un bizcocho con butercream de chocolate que hizo las delicias de todos. Eso sí, tenía preparada una ambulancia de juguete como regalo por si al ver cortar su bonita ambulancia en porciones ¡¡¡entraba en crisis!!!.
Me confundí, estaba emocionado, y aunque le gustó su juguete, se pasaba por las mesas ofreciendo "bubulancia" a todos sus tíos y amiguitos.
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